Reanudan labores para dar con el

Jarabacoa, La Vega.- El silencio de la montaña se ha vuelto más denso desde aquel domingo 30 de marzo, cuando el pequeño Roldanis Calderón, de apenas tres años, desapareció sin dejar rastro en la comunidad de Los Tablones, Manabao.

El paisaje agreste de La Ciénaga, conocido por sus parajes naturales y senderos ocultos, hoy está marcado por la angustia de una familia y la movilización de todo un pueblo. Desde este martes, autoridades y comunitarios han reanudado intensamente la búsqueda.

El operativo incluye a miembros del Cuerpo de Bomberos de Buena Vista y Manabao, la Policía Nacional y decenas de voluntarios locales, quienes han redoblado sus esfuerzos para recorrer cada rincón, cada sendero y cada quebrada de la zona.

La desaparición de Roldanis ha sacudido profundamente a los residentes, en especial porque la región ha sido escenario de otros eventos similares en el pasado, muchos de los cuales aún hoy carecen de respuestas claras.

Entre las pistas que ahora son evaluadas, se encuentra un audio divulgado por una mujer, quien asegura haber presenciado a una persona pasar con el niño momentos antes de que se perdiera el contacto con él. Este testimonio, aunque no confirmado oficialmente, ha generado una nueva línea de investigación.

La comunidad de Los Tablones, acostumbrada a la serenidad del campo, se ha transformado en un epicentro de solidaridad y esperanza. Familias enteras, motoconchistas, agricultores y líderes comunitarios se han integrado a las labores, aportando herramientas y conocimientos del terreno.

La prioridad inmediata es encontrar a Roldanis en buen estado, y cada minuto cuenta. Los equipos exploran zonas de difícil acceso, barrancos, ríos y veredas, mientras la tensión crece entre quienes aguardan noticias bajo el sol o la bruma de la montaña.

Desde hoy, las autoridades trabajan también con la premisa de que el niño pudo haber sido trasladado, lo que ha ampliado el rango de búsqueda y la coordinación con otras localidades cercanas.

A pesar del panorama incierto, el espíritu comunitario no ha decaído, y la esperanza sigue siendo el motor que impulsa cada paso de quienes participan en esta carrera contra el tiempo.

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