Marco Rubio advierte a Venezuela

Georgetown, Guyana. Una amenaza latente vuelve a estremecer al Caribe mientras los tambores de tensión suenan con fuerza entre Guyana y Venezuela. El oro negro reaparece como protagonista de una disputa territorial que lleva más de un siglo.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, lanzó una advertencia contundente contra Venezuela. Advirtió que cualquier intento de "aventura militar" sobre Guyana o los intereses de ExxonMobil tendría graves consecuencias. Rubio afirmó que "no terminaría bien".
El conflicto gira en torno al Esequibo, una región de 160.000 km² rica en petróleo y recursos naturales. Aunque está bajo administración de Guyana, Venezuela la reclama históricamente. El descubrimiento de yacimientos petroleros ha aumentado las tensiones diplomáticas.
Rubio, junto a autoridades estadounidenses, firmó un memorando de entendimiento para reforzar la cooperación en seguridad. Este acuerdo incluye patrullajes marítimos conjuntos entre ambos países. "Tenemos una Armada grande", declaró Rubio, subrayando el alcance del poder militar estadounidense.
El presidente de Guyana, Irfaan Ali, celebró el respaldo de Estados Unidos. Destacó el compromiso de Washington para preservar la integridad territorial y la soberanía de su país. Guyana, con 800.000 habitantes, podría convertirse en el mayor productor per cápita de petróleo del mundo.
En Caracas, la reacción no se hizo esperar. El canciller venezolano, Yván Gil, calificó las declaraciones de Rubio como "bravuconadas". A través de Telegram, respondió enérgicamente: "¡Saque sus narices de esta controversia!". Venezuela insiste en rechazar cualquier intromisión extranjera.
El gobierno venezolano ha convocado elecciones el próximo 25 de mayo para escoger autoridades del Esequibo. Guyana ha advertido que cualquier ciudadano que participe será acusado de "traición". Esta acción ha intensificado las tensiones entre ambos países.
Rubio adelantó que Estados Unidos considera replicar en Guyana un modelo de cooperación militar similar al de las naciones del Golfo Pérsico. Este movimiento busca frenar la influencia petrolera de Venezuela en el Caribe y garantizar la seguridad regional.
Mientras ExxonMobil proyecta una producción de 1,3 millones de barriles diarios en Guyana para finales de la década, la oferta petrolera de Venezuela ha caído a 900.000 barriles diarios. Esto reconfigura los equilibrios energéticos en la región.